domingo, 10 de abril de 2011

Infancia

Desde este viernes hasta hoy, el Ayuntamiento ha organizado una feria gastronómica y comercial. Este año ha habido la novedad de la ludoteca, en la que todos los que hicimos el curso de monitor de ocio y tiempo libre hemos participado (para ganar unas cuantas horas de prácticas :P). Ha sido una experiencia muy muy agradable.

Da mucha felicidad cuando un grupo de niñas pequeñas juegan contigo, te sonríen o te piden que juegues con ellas y les ayudes. O escuchar la risa de un niño que se parte sin motivo mientras pinta. Y sobretodo da más alegría ver a esos niños ya mayorcetes, que aparentan ser unos buscalíos, pero que en el fondo te obedecen en lo que les dices y también te piden que juegues con ellos. Son niños al fin y al cabo, y no son tan malos si los ves desde ese punto de vista.
Es lógico que, con la infancia dura-semidura que he tenido, pues otros niños se metían conmigo, no viera que en realidad todos ellos son así, pero que no lo hacen con malicia, la verdad... Aunque cuando ya llegan a unas edades maduras y siguen siendo igual, hay que considerar que hay un problema serio en su cabeza, claro está.

Esta experiencia me ha demostrado la teoría rousseauniana que tenía: el ser humano es bueno por naturaleza, y acaba siendo corrompido por la sociedad. Y lo he visto este fin de semana, como los niños no tienen malicia (unos quieren llamar la atención más que otros, eso es todo), y que no se puede llamar malo a ningún niño, que todos quieren jugar y disfrutar con lo mínimo, con esas cosas que a los mayores ya no nos interesan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario