domingo, 29 de mayo de 2011

Quiero verte de nuevo.

Entrada de Eneas y Sibila en el Infierno

Dioses a quienes cumple el gobierno de las almas y sombras calladas
y Caos y Flegetonte, mudos lugares de la inmensa noche:
pueda yo repetir lo que sé, pueda por vuestro numen
abrir secretos sepultados en la calígine del fondo de la tierra.
Iban oscuros por las sombras bajo la noche solitaria
y por las moradas vacías de Dite y los reinos inanes:
como el camino bajo una luz maligna que se adentra en los bosques
con una luna incierta, cuando ocultó Júpiter el cielo
con sombra y a las cosas robó su color la negra noche.
Ante el mismo vestíbulo y en las bocas primeras del Orco
el Luto y las Cuitas de la venganza su cubil instalaron,
y habitan los pálidos Morbos y la Senectud triste,
y el Miedo y Hambre mala consejera y la Pobreza torpe,
figuras terribles a la vista, y la Muerte y la Fatiga;
el Sopor además, pariente de la Muerte, y los malos Gozos
de la mente y, en el umbral de enfrente, la Guerra mortal
y los tálamos de hierro de las Euménides y la Discordia enfurecida
enlazado su cabello de víboras con cintas ensangrentadas.
En medio extiende sus ramas y los brazos añosos
un olmo tupido, ingente, donde se dice que habitan
los Sueños vanos, agazapados bajo sus hojas.
Y muchas visiones además de variadas fieras,
los Centauros tienen sus establos en esta puerta y las Escilas biformes
y Briareo el de cien brazos y de Lerna el horrísono
monstruo, y la Quimera armada de llamas,
Gorgonas y Harpías y la figura de la sombra de tres cuerpos.
Empuña entonces Eneas su espada presa de un miedo
repentino y ofrece su agudo filo a los que llegan,
y, si su docta compañera no le mostrase las tenues vidas
sin cuerpo que vuelan fantasmas de una imagen hueca,
se lanzaría y en vano azotaría a las sombras con su espada.

Eneida (Virgilio)

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Rebelión?

No puedo... hay tantas cosas que quiero hacer, tanto que quiero ser... y no puedo... No puedo aquí metido en este pueblucho, viviendo siempre aquí. Sí, es la típica rabieta.
Me siento débil, siempre sueño con la vida que me gustaría tener, luego veo que estoy viviendo en casa y veo que no, que es imposible triunfar viviendo aquí. Sé que podría hacerlo, podría vivir como yo quisiera, fuera de los valores establecidos, a mi manera. Pero necesito un empujón, necesito vivir en otro lugar, yo solo, hacer mi vida...  Necesito vivir allí en Cuenca, sé que allí podré ver luz y ganar la suficiente autoestima como para luchar por mi mismo. Pero aquí no puedo... no puedo ni escribir una entrada decente...

Sí, es la típica rabieta.

domingo, 15 de mayo de 2011

Existes, lo sé, ven.

Otra vez lo he vuelto a recordar, ¿cómo es posible que no lo haya olvidado ya? Supongo que sí, es cierto, lo malo se olvida... Pero recuerdo lo bueno, y eso es lo que me entristece. Hace un año vivía en un mundo mejor, un mundo feliz, alegre; pero sabía bien que terminaría. ¿Puede ser que siga sintiendo lo mismo por ella? No, no lo creo, no puede ser posible... tal vez sólo añoro nuestros momentos juntos, nuestros besos... Tal vez sólo quiera repetirlo pero no con ella, no esta vez, sino con alguien nuevo. Alguien que me vaya a conocer tanto como ella a mi, que me vaya a hacer sentir tan bien como ella.
¿Y quién es esa persona? ¿Dónde estás? ¿Por qué no vienes? Simplemente quiero tenerte en mis brazos, pasear contigo, decirte que somos felices, que en todo lo malo y horrible que pueda pasarte yo estaré a tu lado, abrazado a ti en un solo cuerpo. Dos mentes, una boca. ¿Dónde estás? Te quiero, te quiero tanto... y no sé quién eres, quién vas a ser, dónde estás ni qué estarás haciendo en este instante.

lunes, 2 de mayo de 2011

Somos marionetas

Quiero colgar un vídeo que acabo de ver y me ha conmovido. Trata de una marioneta que acaba dándose cuenta de que lo es y lucha por quitarse los hijos, pero acaba muriendo.
Puede ser una reflexión sobre nosotros mismos, que sin duda somos como esa marioneta y cuando vemos que tenemos hilos intentamos deshacernos de ellos... Pero la realidad que llega a continuación nos muestra que no todo es como lo que esperábamos conseguir, y somos aplastados por los mismos valores con los que pugnamos.

Pero todavía quedan esperanzas, si la lucha individual no es posible, la unión hará la fuerza.