viernes, 26 de noviembre de 2010

Me gusta...

Me comenzado a escribir un libro con todo lo que me gusta. ¿Por qué? No lo sé, simplemente me hace valorar más los pequeños placeres de la vida. Espero llevarlo siempre encima para llenarlo constantemente de experiencias.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Momo


¡Qué placer volver a las andadas, después de dos duros exámenes que han absorbido todo mi tiempo libre!

Hoy, amigos, al no tener nada que hacer me he puesto a ver la película Momo. Para quien no sepa qué es, os cuento un poco el argumento.
La historia trata de una pequeña ciudad feliz. Un día aparece una misteriosa niña con un abrigo enorme, sin familia ni un origen cierto. Pronto hace muy buenos amigos que la quieren y todos viven alegres jugando. Pero un día unos hombres de color gris llegan y empiezan a comerle la cabeza a todo el mundo obligándoles a ahorrar tiempo, diciéndoles que tienen que darse prisa en todo lo que hagan para no perderlo. Éstos hombres existen sólamente porque los humanos se lo permiten, alimentándose del tiempo que les quitan a los seres humanos. Consiguen convertir la pequeña ciudad en una ciudad en la que todo se hace con prisa y se ha perdido completamente todo contacto humano, y la gente es controlada por los hombres grises. Momo tiene que evitar que éstos consuman más tiempo para así poder destruirlos.

La moraleja, muy obvia plasmada en esta película es la siguiente, os explicaré las conclusiones propias que he sacado al igual que hice cuando hablé del pico Almanzor.

Los hombres grises representan a los altos cargos de la sociedad capitalista en la que vivimos. Viven para absorber nuestra vida, haciéndonos consumir, consumir y consumir sus productos, convenciéndonos de que no podríamos vivir sin sus productos. Obviamente, éstos existen porque nosotros se lo permitimos, somos quienes nos dejamos engañar por sus trampas y les vendemos nuestras vidas.

Si todos nos dedicáramos a buscar la felicidad en lo más simple y natural, sin duda seríamos realmente felices.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Superación

El viernes subí los montes de Gredos, llegando a Laguna Grande, me hubiera gustado llegar al Almanzor, pero se me habría hecho de noche... Mientras a duras penas caminaba, fue filosofando, sacando una teoría muy valiosa.

Cuando te dispones a subir, esperas llegar y ver el paisaje que se encuentra allí arriba, pero cuando empiezas a subir y subir cuestas de rocas, te das cuenta de que es algo muy pesado, te duelen los pies, los gemelos, tienes calor, el sol te quema... Sin embargo el truco está en no pensar en ello, sino mantener una paz mental absoluta, si te dedicas a disfrutar de lo bello del paisaje, a disfrutar de la naturaleza en pleno esplendor y disfrutar estando con amigos haciendo aquéllo, te das cuenta de que el trabajo es más ameno, apenas cansa y te encuentras feliz. Es psicológico, manteniendo alegría en la mente, jamás te cansarás ni te rendirás en la subida. Cuando descansas, hazlo de una manera productiva, siéntate si quieres, pero muy poquito tiempo, y bebe uno o dos tragos de agua, nada más y aprovecha para coger un poco de aire y ver las cabras montesas o el paisaje. Luego continúa caminando con buen humor, cuando llegas a un lugar bello, te das cuenta de que ha valido la pena el esfuerzo y si miras abajo, verás que todo el mundo está a tus pies y nada puede vencerte. Y por ejemplo, mi meta era llegar a Laguna Grande, y pensé que era invencible cuando miraba abajo varias veces antes de llegar, pero no me contenté con haber llegado ahí, sino mantuve la esperanza de que aún quedaba un largo trecho hasta llegar a la laguna, que no era el fin del camino.
Es un placer extraño que nos ocurre a pocos, sentimos placer con el esfuerzo y ver que con esfuerzo hemos conseguido algo propuesto, que somos fuertes, somos alguien y podemos conseguir lo que queramos, el dolor de pies, la sed y el cansancio apenas importan entonces. Cosa que, si más gente lo viera así, sería realmente feliz de veras.

Ésto en sí es una metáfora. En la vida, hemos de proponernos una meta, por ejemplo, en la mía es crear interés por el arte, como dije en una entrada anterior. Aún queda muchísimo para ello, de hecho, es mejor no plantearse cuánto tiempo queda para llegar. Debemos disfrutar del camino, entender que somos afortunados de seguirlo, de hacerlo con compañía... pero sin descentrarse demasiado con lo bello y seguir el sendero, con cuidado de no tropezar en él, pisando mal una roca del camino. Descansemos a veces, pero de manera productiva, no hay que permitir que la mente no haga nada, aprendamos mientras, saciemos nuestra sed, sin excesos, pues pueden impedir que sigamos el camino con seguridad o que nos desviemos. Sobretodo, repito, debemos estar felices de vivir el momento, que aún seguimos el camino, que hay cosas bellas en él que apenas percibimos, que en el fondo somos felices, y disfrutar siguiéndolo, ya llegará algún día nuestra meta. Cuando hemos hecho gran parte del camino, nos sentiremos felices, si hemos llegado hasta allí, nada puede pararnos, somos superiores a mucha gente y somos los más fuertes del mundo, pero aún así sabemos que esa no es la meta, que aún queda mucho más camino que hacer y nos alegramos de que el final de nuestra aventura no haya acabado, que podamos seguir haciendo cosas.
Y ya de viejos, habiendo conseguido lo que nos propusimos o simplemente sonriendo porque las cosas, aunque hayan salido de otra manera, sentimos que están bien, moriremos sabiendo que hemos dejado huella en alguien, que hemos sido grandes, fuertes, el mundo no se ha apoderado de nosotros y seremos inmortales, inmortales viviendo en la memoria de todas las personas que nos han amado.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Diferencias


Es típico en gente como nosotros, jóvenes filosofillos, tener nuestros días filosóficos. Quizás filosofemos cada día por la tarde, mientras volvemos a casa en coche o en autobús, o quizás tengamos días en los que vemos el mundo de manera distinta a la que solemos usar normalmente.
Hoy he tenido un día completito, tras un nuevo corte de pelo, he ido a la biblioteca a por "El árbol de la ciencia" de Pío Baroja, que necesito leer por obligación, aunque seguramente lo relea un par de veces por placer al aprendizaje. Al conectarme ahora de noche, veo en el Spotify una canción que me ha enviado mi amiga Patricia, una versión en piano de That's what you get, de Paramore. Me ha hecho sonreír.
Simplemente porque me gusta esa faceta suya de que le guste la música clásica, que tan poco se ve entre nosotros, los jóvenes de hoy. A menudo me doy cuenta de su sensibilidad hacia autores como Vivaldi o Pachelbel, cosa que la hace especial, y me alegra que haya gente especial en el mundo y sobretodo que existan en mi vida.

Es bueno cuando hay gente distinta que, como un brochazo de un color vivo sobre un lienzo pintado de negro y gris, da un toque de diversidad a las relaciones de cada uno.

martes, 2 de noviembre de 2010

Publicidad


Hoy voy a explicar un poco de qué va este mundillo, del que no nos damos cuenta de que está más presente es nuestras vidas de lo que creemos.
La publicidad consiste en VENDERNOS UN PRODUCTO, para ello utilizan diversas formas de expresión (persuasiva, ética, informativa, estética...) en diversos soportes (spots, banners, carteles, merchandising, logotipos en vehículos, etc, etc). Con todo ello, los espectadores experimentamos ciertas sensaciones:
-Primero captamos la información y nos enteramos de la existencia del producto y sus características.
-Luego hacemos una lectura inconsciente de la composición de las imágenes, los valores y el impacto que nos producen.
Por así decirlo, las 4 fases o leyes de un buen anuncio se pueden describir con las siglas AIDA:
-Atención (llamar nuestra atención)
-Interés (captar nuestro interés por el producto)
-Deseo (provocar el deseo y necesidad de comprarlo)
-Acción (hacer que lo compremos)
El alma de todo anuncio es una promesa de ciertos valores como son la felicidad, la competitividad, el éxito, la juventud, el erotismo, la modernidad, comodidad, lujo y elegancia, la higiene y el consumismo. Jamás promocionarán el esfuerzo, el sacrificio, el ahorro, la autoridad, la castidad, la solidaridad, la humildad, ni la aceptación del fracaso y del dolor.
He aquí un vídeo que os explicará mucho mejor con creces todo el tostón que os acabo de soltar. Si sois gente interesada, a verlo ^^